LA PAZ/PERLA DEL ACRE
En un fuerte operativo desde la ciudad de La Paz, la Policía trasladó este miércoles a las 57 personas detenidas en el operativo del 14 de julio en el río Madre de Dios. El avión Hércules C-130 devolvió a 38 de las 57 personas a su lugar de origen, Riberalta, Beni, mientras que los 19 restantes fueron depositados en la cárcel de Villa Busch de Pando.
El operativo policial empezó en horas de la madrugada cuando las 57 personas fueron trasladadas desde la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de la ciudad de La Paz, hasta el Aeropuerto de El Alto donde les esperaba el avión Hércules que los llevaría hasta la amazonia del país.
El director nacional de la FELCC Douglas Uzquiano precisó que los detenidos fueron acompañados por un contingente policial hasta Beni porque se deben realizar controles que mandan las normas.
«Estas personas que se quedaron en Riberalta tienen que ser sometidas a un control por su detención domiciliaria con la revisión y la inspección de sus domicilios donde se van a quedar para cumplir esa orden judicial», dijo el funcionario policial.
La nave arribó al aeropuerto de Riberalta alrededor de las nueve de la mañana. Posterior a ello, los 38 que tienen detención domiciliaria fueron trasladados hasta el Comando Policial Amazónico donde debieron cumplir algunos trámites para luego ser trasladados hasta sus domicilios.
Desde temprano, familiares de los detenidos, vecinos e integrantes de la cooperativa Asociación de Balseros (Asobal) se dieron cita en el aeropuerto de Riberalta para esperar el arribo del avión desde La Paz.
Cuando la nave aterrizó en tierras benianas, los 38 detenidos fueron bajados del avión en medio de un fuerte resguardo policial y una gran caravana de la población que los siguió hasta las oficinas policiales.
Mientras, las 19 personas que deberán cumplir detención preventiva fueron trasladadas en el mismo avión Hércules hasta Cobija, Pando para luego ser llevadas a la cárcel de Villa Busch donde permanecerán durante cuatro meses.
El viernes 14 de julio, el Ministerio de Gobierno lideró un operativo conjunto entre la Policía y la Fuerza Naval en el río Madre de Dios donde – según un reporte del Ministerio Público – explotaban oro de manera ilegal. En la acción los uniformados destruyeron con explosivos 27 barcazas y en pleno afluente. Los equipos terminaron en una gran pira mientras los trabajadores mineros eran enmanillados en las riberas del río.